La utilización de la terminología adecuada

En una conversación informal podemos decir «Creo que el Atleti va a ganar partido», en lugar de «Tengo una hipótesis sobre qué equipo va a ganar el partido de fútbol este fin de semana». Socialmente la segunda versión puede parecer estirada, pero etimológicamente es bastante correcta. Mientras estamos en clase, a diferencia de cuando estamos fuera, debemos utilizar los términos adecuados, especialmente cuando las palabras tienen definiciones tanto populares como científicas que no necesariamente coinciden.

 

Función, no finalidad
La finalidad de un martillo es clavar puntas y sostener un martillo es una función de la mano. Las herramientas diseñadas tienen una finalidad, mientras que las estructuras y los comoportamientos de los seres vivos tienen funciones. Esta es una distinción importante en la clase de ciencias.

Prueba o dato, no demostración
A menudo oímos historias en las que el narrador dice haber «demostrado suficientemente» algo. Este es un ejemplo de confusión de los términos «demostración» y «prueba». Además, el término «demostración» se utiliza en geometría y en los tribunales de justicia, pero no pertenece a la ciencia. Los científicos reúnen pruebas para apoyar o refutar las hipótesis. Las hipótesis y las teorías pueden estar muy apoyadas por las pruebas, pero nunca demostradas.

Primitivos y «evolucionados»
Cualquier persona podría pensar que una zarigüeya es más primitiva que un gato. Las formas de vida que están más especializadas tienden a verse como más evolucionadas. No obstante, aunque las zarigüeyas mantienen algunos rasgos ancestrales patentes, están bien adaptadas a su dieta omnívora y no tienen ni una pizca menos de éxito y modernidad que los gatos. Los tigres de dientes de sable estaban aún más adaptados que los gatos actuales y un cambio en el ambiente aceleró su extinción.

Teoría frente a hipótesis
Una teoría es una explicación. La validez de una teoría se basa en su capacidad de explicar fenómenos. Las teorías pueden apoyarse, rechazarse o modificarse según las nuevas pruebas. Por ejemplo, la teoría gravitacional trata de explicar la naturaleza de la gravedad, la teoría celular explica el funcionamiento de las células, y la teoría evolutiva explica la historia de la vida sobre la Tierra.

Una hipótesis es una idea que se puede comprobar. Los científicos no se proponen «demostrar» las hipótesis, sino probarlas. A menudo se proponen multitud de hipótesis para explicar los fenómenos y el objetivo de la investigación es eliminar las que no son correctas. Las hipótesis van y vienen a millares, pero las teorías a menudo permanecen y son probadas y modificadas durante decenios o siglos. En la ciencia, las teorías nunca son especulaciones o conjeturas y no es apropiado describir la evolución como «simplemente una teoría».

Creer o aceptar
Una pregunta que hacen a menudo los estudiantes, perplejos, a los profesores de biología es: «¿tú crees en la evolución?». La respuesta es: «No, acepto el hecho de que la Tierra es muy antigua y la vida ha modificado con el paso de miles de millones de años, porque eso es lo que nos dicen las pruebas». La ciencia no trata sobre creencias, sino que hace inferencias basándose en pruebas.

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