Homínidos fósiles y evolución humana:
Thomas Huxley y Eugene Dubois (1 de 3)

Cuando Charles Darwin escribió el Origen de las especies, tuvo que preguntarse de dónde había venido el ser humano. Los seres humanos tenían variabilidad heredable en cada generación y algunos individuos tenían más hijos que otros: los ingredientes esenciales de la selección natural. Sin embargo, eligió no escribir sobre el ser humano en su primer libro sobre la evolución, en gran medida por cuestiones estratégicas. En 1857, dos años antes de que Darwin publicara el Origen de las especies, , Wallace le preguntó en una carta si hablaría en el libro del origen de la humanidad. Darwin replicó: «Creo que evitaré ese tema en su conjunto, ya que está rodeado de prejuicios, aunque admito sin reservas que es el problema mayor y más interesante para el naturalista».

Sin embargo, Darwin sabía también que no tenía ningún registro fósil que pudiera utilizar para desarrollar una hipótesis sobre la evolución humana. Con el paso de los años, los naturalistas habían descubierto algunas herramientas de piedra que se hallaban junto a fósiles de mamíferos extintos pero, incluso en el siglo XIX, se consideraba que esas reliquias tenían tan sólo unos pocos miles de años y las habían fabricado tribus perdidas de salvajes.

Neandertal and modern human skulls
 

El descubrimiento de los primeros fósiles humanos
Incluso cuando, en 1857, salió a la luz la primera parte de un ser humano fósil, a los naturalistas les costó mucho reconocer lo que era en realidad. Unos mineros alemanes que trabajaban en el Feldhofer Grotto, en el valle de Neander, desenterraron un cráneo que tenía un aspecto un tanto humano, pero era notablemente grueso y lucía un toro supraorbital muy desarrollado.¿Pertenecía a un individuo antiguo de una especie humanoide extinta en la actualidad? ¿O era el hombre de Neanderthal simplemente un individuo extremo de Homo sapiens? Uno de los naturalistas alemanes que describió el cráneo por primera vez, Herman Schaaffhausen, estaba convencido de esto último. Ignoró las pruebas de que el cráneo se había encontrado junto a mamuts y osos de las cavernas extintos, y afirmó que era algún bárbaro reciente, quizás perteneciente a una de las tribus salvajes que mencionaban los historiadores romanos.

Thomas Huxley

Poco después de que Darwin publicara el Origen de las especies, su gran defensor Thomas Huxley (derecha) consideró el cráneo del valle de Neander. Huxley compartía algunas de las ideas eurocéntricas de su época. Se pensaba, basándose en sus cráneos, que los europeos tenían los cerebros más desarrollados en comparación con los aborígenes australianos, cuyos cráneos tenían un perfil relativamente bajo y unas cejas más pobladas. Esta visión llevó a Huxley a considerar que los neandertales ocupagan una posición ligeramente más baja dentro del Homo sapiens.


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