En respuesta a las recientes declaraciones antievolucionistas de Jaime Mayor Oreja, desde la Junta Directiva de la Sociedad Española de Biología hemos escrito esta carta abierta:
La evolución biológica es un hecho probado: el consenso científico rechaza el creacionismo desde hace más de un siglo
Numerosos medios se han hecho eco de unas desafortunadas palabras de Jaime Mayor Oreja pronunciadas en la apertura de la VI Cumbre Transatlántica de la Red Política de Valores, una organización formada por políticos ultraconservadores celebrada el pasado 2 de diciembre en el Senado. A lo largo de su discurso desgranó los ejes de la agenda social y política que promueve la organización, con especial foco sobre el aborto y los derechos reproductivos de las mujeres. Esos aspectos del discurso pertenecen al ámbito de la discusión política, y han sido ampliamente contestados. No obstante, el Ex-Ministro del Interior afirmó también que “entre los científicos están ganando aquellos que defienden la verdad de la creación frente al relato de la evolución”, sin aportar ningún dato que sustentase semejante afirmación. Esta frase sugiere la existencia de un supuesto consenso científico negacionista respecto a la evolución y en favor del creacionismo, una creencia filosófica de raíces religiosas, que postula que la diversidad de seres vivos se creó por acción divina. Desde la Sociedad Española de Biología Evolutiva (SESBE), que aglutina científicos y científicas que se dedican al estudio de la evolución, nos sentimos en la obligación de responder a esta afirmación que es tan engañosa como falsa.
Como hemos expresado en otras ocasiones, la evolución es un hecho tan indiscutible como que la tierra no es plana (1). La diversidad de organismos vivos de nuestro planeta es y ha sido algo cambiante, en constante evolución. Así lo atestiguan evidencias científicas muy diversas, desde la comparación detallada de organismos actuales y del registro fósil hasta el análisis del material genético de miles de especies. Y, aunque el proceso evolutivo suele actuar a lo largo de muchas generaciones, haciendo que la aparición de nuevas formas o especies pase desapercibida a la percepción humana, hay procesos evolutivos recientes que son muy palpables. Por ejemplo, la aparición, por adaptación a exposición prolongada, de resistencias a antibióticos en microbios patógenos, la generación de nuevas variantes del virus del COVID-19, o la domesticación de nuevas variedades de plantas de interés agrícola por selección artificial. La acción de la evolución se ha documentado sin atisbo de duda en innumerables estudios en el laboratorio y en la naturaleza. El reciente Premio Nobel en Fisiología o Medicina de 2022 a Svante Pääbo “por sus descubrimientos sobre los genomas de homínidos extintos y la evolución humana”, reconoce la importancia de la evolución y su influencia en el desarrollo de los organismos vivos, incluido el ser humano. Este galardón muestra también el consenso sobre la evolución, aceptada desde hace más de un siglo por la comunidad científica. De hecho, según una encuesta del Pew Research Center (2), el 98% de los científicos pertenecientes a la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés) acepta la evolución como un hecho. Además, ese mismo estudio muestra que el 76% de los estadounidenses son conscientes de que existe este consenso entre la comunidad científica. En definitiva, la evidencia científica que demuestra la existencia del proceso evolutivo lleva acumulándose más de 150 años y es universalmente aceptada por la comunidad científica mundial. Ahora, el interés reside precisamente en estudiar con detalle los mecanismos que subyacen a este fenómeno. Integrar la evolución en nuestra comprensión del mundo nos está permitiendo avanzar en áreas tan diversas como la conservación de la naturaleza, el envejecimiento, la medicina, la agricultura o la predicción de los impactos del cambio climático global.
En todo caso, es en los congresos científicos que reúnen a expertos en la cuestión donde se debe sopesar dónde se encuentra el consenso científico al respecto de los mecanismos de la evolución. En estos congresos, y en los miles de artículos científicos que se publican cada año al respecto, la evolución es un tema de estudio, no una cuestión a debatir, como no se debate en los congresos o revistas de geología o astronomía si la tierra es o no plana. Negar la evolución es sencillamente cerrar los ojos a la evidencia científica. Insinuar que existe un cierto consenso científico que niega la evolución es, simplemente, sembrar un bulo. Es preocupante que personas con la responsabilidad y visibilidad mediática de un Ex-Ministro confundan creencia con evidencia, y nos parece rotundamente reprobable que, adentrados ya en el siglo XXI, una persona que haya ejercido un puesto de responsabilidad en la administración pública esgrima falsedades para rebatir hechos probados como la evolución, en pos de defender una posición política. Desgraciadamente la pseudociencia y los bulos siguen estando a la orden del día, pero confiamos en que la evidencia científica y el espíritu crítico de la ciudadanía prevalezcan sobre la desinformación.
Firmado:
Junta Directiva de la Sociedad Española de Biología Evolutiva (SESBE, www.sesbe.org):
Toni Gabaldón, Iván Gómez Mestre, Patricia Álvarez Campos, Marta Barluenga, Isabel Almudí, Borja Milá, Pau Carazo, Rosalía Piñeiro, Aida Verdes, Borja Figueirido, a 9 de Diciembre de 2024.
Citas:
1- https://theconversation.com/la-evolucion-es-un-hecho-tan-indiscutible-como-que-la-tierra-n
o-es-plana-162135
2- https://www.pewresearch.org/short-reads/2019/02/11/darwin-day/
Carta abierta en pdf:
Carta abierta SESBE MayorOreja