Idea equivocada: «La evolución no es ciencia porque no se puede observar ni comprobar.»

Respuesta: La evolución se puede observar y comprobar. La idea equivocada en este caso es que la ciencia se limita a experimentos controlados que realizan personas con batas blancas en los laboratorios. En realidad, una buena parte de la ciencia se lleva a cabo reuniendo pruebas del mundo real y haciendo inferencias sobre cómo funcionan las cosas. Los astrónomos no pueden tener estrellas en la mano y los geólogos no pueden retroceder en el tiempo, pero en ambos casos los científicos pueden aprender mucho utilizando diversas líneas de pruebas para hacer inferencias válidas y útiles sobre sus objetos de estudio. Esto mismo es cierto del estudio de la historia evolutiva de la vida sobre la Tierra y, de hecho, muchos mecanismos de la evolución se estudian mediante experimentación directa como en otras ciencias que nos son más familiares.

			Los fósiles como el Archaeopteryx nos proporcionan instantáneas de la adaptación y el cambio de los organismos a lo largo del tiempo.
			El estudio de organismos modernos como los elefantes marinos revela ejemplos específicos de la historia evolutiva y refuerza los conceptos de la evolución.
			La selección artificial entre los guppies es una demostración de la microevolución en el laboratorio.
			Los experimentos de laboratorio con moscas de la fruta demuestran el poder de las mutaciones genéticas.

• Archaeopteryx y elefante marino, fotografías por cortesía de David Smith, UCMP
• Fotografías de guppies por cortesía de Cara Gibson y Katie McGhee
• Imagen de mosca de la fruta por cortesía de Jean-Michel Muratet, Syndicat National des Ophtalmologistes de France (SNOF)