• ¡Decisiones y más decisiones!
• ¿Por qué es necesario conservar la biodiversidad?
• La economía de la conservación
• Ejemplo

¡Decisiones y más decisiones! Saca más rentabilidad a tu inversión en conservación empleando la evolución (2 de 2)

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El siguiente ejemplo simplificado ilustra cómo puede ayudar la filogenética a las estrategias de conservación. Imagina que un gobierno sólo tiene recursos para crear una reserva en una de tres cuencas fluviales (A, B o C, debajo) y se contrata a una bióloga de la zona para ayudar a elegir la localización de la reserva.

Ella descubre que en cada una de las cuencas fluviales viven cuatro especies de peces relacionadas, entre otros organismos, y construye una filogenia para ese clado de peces.

En esta filogenia, la longitud vertical de cada rama indica la cantidad de cambio evolutivo que se ha producido en ese linaje. Las cuatro especies de la cuenca fluvial A se agrupan en un clado muy apretado, con poca diferenciación evolutiva entre las especies, mientras que en la cuenca fluvial B vive un clado de peces más diverso, fíjate en las ramas más largas del clado B. En la cuenca fluvial C viven peces que tienen un parentesco bastante lejano entre sí y que han evolucionado en direcciones diferentes.

Basándose en esta información, la bióloga podría recomendar conservar la cuenca fluvial C, dado que en ella vive una asociación de especies más diversa. Por supuesto, en la vida real se tienen en cuenta muchos más factores a la hora de tomar estas decisiones, como la situación de otros organismos, si la distribución de las especies es amplia o sólo local, y el valor económico de la zona. Aún así, la historia evolutiva es una medida de la biodiversidad más significativa que el número de especies por sí solo y ayuda a que las estrategias de conservación sirvan para conservar más diversidad genética, morfológica y ecológica.