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Un ejemplo de la economía de la conservación: la conservación de la diversidad genética: más de lo que parece

Entonces, ¿qué es exactamente lo que conservamos cuando actuamos sobre un ecosistema? Vamos a evaluar tres ejemplos generales utilizando el sistema monetario:

Imagina tres lagos con la misma cantidad de individuos. Aunque el número de organismos en cada una de estas tres comunidades sea el mismo, cada una de ellas tiene una cantidad de diversidad diferente. Vamos a suponer que sólo se puede salvar uno de estos tres lagos. La decisión de cuál salvar puede tomarse en base a su valor monetario relativo (si nos centramos en maximizar la diversidad genética) o en las otras consideraciones que se describen más abajo.

Lago 1

Valor «monetario» total: 3

Salvar este ecosistema maximizaría la cantidad de individuos de una única especie. Es posible que quieras conservar este ecosistema si esta especie en concreto es una especie rara, un endemismo o una especie con una distribución escasa. Este enfoque previene la posible pérdida de variabilidad genética en una especie amenazada.

Otros factores que se deben tener en cuenta: Es posible que la estrategia de la especie única no sea sostenible a largo plazo y no es la más eficaz para conservar la biodiversidad. Los endemismos locales pueden salvarse si se protege una zona pequeña, pero son muy vulnerables a la extinción por sobreexplotación y pérdida de hábitat. Además, salvar una especie con una distribución escasa en la naturaleza es muy difícil y caro, ya que incluso una población pequeña requiere la protección de una zona grande o de zonas más pequeñas conectadas por rutas de migración.

Lago 2:

Valor «monetario» total: 1+1+1+2+1+2 = 8

Otra manera de asignar prioridades sería seleccionar las regiones con el mayor número de especies. En este caso, los individuos son de especies diferentes que están emparentadas cercanamente entre sí.

Otros factores que se deben tener en cuenta: Puede ser importante conservar algunos ecosistemas debido a su interés científico (o al interés de coleccionistas o turistas). Por ejemplo, los lagos africanos con muchas especies de cíclidos con un parentesco cercano tienen un interés especial para los científicos que estudian la radiación adaptativa.

Lago 3:

Valor «monetario» total: 1+1+1+1+1+1+2+2+4+3 = 17

Aunque en este ejemplo se representa el mismo número de especies que en el anterior, esta vez tenemos en cuenta las relaciones evolutivas de las especies representadas en el hábitat. Esta estrategia maximizaría la biodiversidad que mide la filogenética. Aquí las especies tienen un parentesco más lejano entre sí que en el segundo ejemplo. A medida que hay más información disponible sobre las relaciones filogenéticas, los responsables de las estrategias pueden tomar decisiones que conserven la diversidad genética dando prioridad a ecosistemas en los que estén representadas más especies y linajes.

Otros factores que se deben tener en cuenta: Además de ser objeto de interés científico y disfrute popular, este tipo de ecosistemas son valiosos porque se autoperpetúan. Los ecosistemas con diversidad biológica conservan las especies que los forman y, por tanto, se reduce la necesidad de estrategias de conservación futuras dirigidas a especies individuales en peligro.

El sistema monetario asigna números a los valores de conservación, por lo que es una herramienta útil a la hora de hacer comparaciones entre diferentes ecosistemas. Sin embargo, los responsables de las estrategias también deben tener en cuenta aspectos menos cuantificables de la conservación de ecosistemas, como el potencial del ecosistema para su utilización en el futuro, su potencial de conservación a largo plazo y su valor para la población humana local.